El streaming como catarsis

Al igual que muchos nerds, en el 2020 consideré que empezar a hacer streaming era una idea buenísima, pero cuando empecé, lo hice con un objetivo claro. Ahora que lo logré, pienso en retirarme.

La pandemia nos pegó fuerte a todos. En ese momento yo me encontraba en dos trabajos y además sacando mi segunda carrera universitaria. Era un ritmo de trabajo que, pese a que suena intenso, tenía bien organizado, siendo el único secreto al respecto nunca dejar de lado un buen descanso. Hasta me alcanzaba para ir de fiesta con los colegas del trabajo un día de la semana.

Entre todo eso, de un momento a otro me vi teniendo que estar todo el día, todos los días en un departamento que arrendaba y que, claramente, no estaba hecho para que dos personas estuviesen trabajando todo el día, todos los días ahí. La primera medida entonces fue irse a otro lugar a vivir, un ‘refugio’ si se quiere llamar así. Y entre todo eso un día de diciembre decidí sumarme al tren del streaming, tenía claro que lo que quería hacer era hablar y transmitir sobre juegos retro, que no era la temática de la mayoria. ¿Eso me aseguraría éxito? De seguro no, pero hizo más fáciles las cosas.

Pero mi objetivo al hacer streaming era bien distinto al de la mayoría de la gente. No siendo una persona hegemónica ni ideal para tales efectos, estaba claro que la posibilidad de algún día vivir de las plataformas era estadísticamente imposible, aparte aun teniendo los dos trabajos y aun estudiando, ser constante en otro ámbito más era tremendamente difícil, sumando todo eso era complejo ofrecer un producto con las expectativas que un espectador tiene desde el inicio.

Aun así todo, decidí hacerlo. Comencé a comprar equipamiento de calidad streamer y también me sirvió para justificar renovar mi PC, el mismo que uso a día de hoy. Y el objetivo estaba sentado desde el principio: si con el stream ganaba un nuevo amigo, todo habría valido la pena.

Y resultó que gané mucho más que eso: Casi de forma natural se consolidó un grupo de amigos que en el pasado eran mis amigos por separado, algunos que conocía hace muchísimos años y otros que llevaba poco de conocer y formar amistad. El streaming había sido la chispa que faltaba para que todo se uniera. Y de ese día hoy han pasado poco más de tres años. Tres años donde en grupo hemos hecho infinidad de cosas, nos juntamos, disfrutamos, nos ayudamos mutuamente, todo lo que alguien podría esperar de un grupo consolidado.

Ahora, ¿por qué digo que considero retirarme del streaming?

Quieor enfocar mi energía en otras cosas. Cuando quise empezar en esto vivía en un departamento arrendado, hoy estoy escribiendo esto en casa propia, y tengo un lienzo para seguir armando lo que algún día anhelé: tener un lugar donde poder recibir gente y que, entre todos, la pasemos bien. El streaming ha pasado a segundo plano, hoy la misiva es seguir cultivando amistad y cosechar buenos momentos. Tal vez siga transmitiendo por ocio, pero en este momento puedo decir que estoy listo para dejarlo en el instante que ya no me divierta.