Hoy buscando información para distraerme encontré algo que escribí hace casi diez años respecto a una interrogante que surgió en un foro en el cual participaba en ese entonces y vino a mí una revelación. Pero, ¿Cuándo el coleccionismo se vuelve un problema?
El post original del que voy a hablar aquí se encuentra en este link.
Y por si algo llegara a pasar, esta es mi cita del foro:
Yo en realidad tengo un estándar bastante raro con respecto a eso del retrocoleccionismo.
Como muchos saben, o los que me conocen de cuando era cabro, constantemente solía quejarme de que no tenía fondos para poder llevar a cabo muchas cosas que en su momento quise hacer, y eso siempre fue tema. Bueno, por lo menos hasta que entré a la universidad. Ahí ya podía, con algo de esfuerzo e invesiones arriesgadas, costearme ciertos vicios, pero nunca prioricé el hobby por sobre mis obligaciones. Mucho del dinero que gané haciendo ese tipo de cosas lo terminé invirtiendo en un computador que me acompañó toda la carrera hasta que la empresa donde hice la práctica me regaló uno con mejores prestaciones. Ya cuando empecé a ganar plata trabajando comencé a llenarme de cosas, y en realidad de las cosas que no pude comprarme cuando cabro.
Y tampoco soy muy apegado a las cosas materiales. De lo que gano, muchas veces prefiero, no sé, llevar a mi polola a comer a lugares buenos, invitar a salir a mis viejos, regalarle juguetes a mi sobrino y ese tipo de cosas.
Ahora he estado comprando cosas en los EE.UU., pero la mayoría son para sacar algunas cosas de mi gusto y lo demás venderlo. Así puedo aumentar mi colección a costa de inversiones y baisaneo. Pero comparto lo que dice el capitán: en caso de necesidad… chao.
Mi comentario en el foro de Retronia, 01 de marzo de 2015
En ese entonces aún vivía con mis padres y tenía un trabajo muy bueno para la edad que tenía, lo que me permitía costear comprar consolas y cosas sin mucho control, y muchas cosas han pasado desde entonces. Ahora vivo en mi casa propia luego de haber pasado seis años arrendando departamentos, he cambiado de trabajo varias veces y también mis prioridades han cambiado. Si bien ahora tengo mucho, mucho más espacio para el coleccionismo, también ahora soy responsable de otras cosas que en el pasado descansaban en mis padres, como administrar un hogar. Ahora vivo con mi pareja de ese entonces y también el hobby ha mutado bastante desde aquella época. Partí con un Atari y ahora tengo una colección bastante respetable de artículos de PC.
Evolución del espacio
Vivo con mi pareja hace ya casi siete años. Partimos conviviendo en un departamento mediano, el que tenía una habitación pequeña ideal para mantener las cosas que tenía bajo cierto control. Mis consolas de juegos pasaron de la pieza a formar parte de nuestro nuevo living, y mis computadores, entonces todos portátiles, cabían perfecto en esa pequeño espacio, donde pasaba mis fines de semana entreteniendo el vicio. El tiempo pasó, vino la pandemia y el paradigma en todo sentido estaba también a punto de cambiar. Compré el primer computador de escritorio desde que compré un iMac en el 2014, y con la llegada del encierro y el teletrabajo empezamos a necesitar más espacio para trabajar, y con eso en mente nos fuimos a un departamento mariposa, y mi pequeño espacio para el vicio se convirtió en un gran espacio.
Entonces comenzaron de a poco a aparecer los estantes, y los computadores de escritorio. Mis intereses habían derivado hacia los PC antiguos, en paralelo estaba en mis estudios de ingeniería, el trabajo y lentamente se conformó un grupo de amigos de manera orgánica. La pandemia estaba ya debilitándose y con el teletrabajo aun como una constante decidimos que deberíamos tener espacios separados para trabajar y viciar, y nos fuimos a un departamento de tres dormitorios, donde teníamos el dormitorio y cada uno una oficina.
Empecé a hacer streaming de lo que me gustaba y poco a poco empecé a hacer contacto con gente que compartía el mismo hobby que yo, y con el pasar de los meses formamos una comunidad e hicimos el primer tarreo del que se tenga registro en varios años. Pero el entusiasmo también es un arma de doble filo.
Cuando la colección se vuelve un problema
Una estrategia muy conocida entre los que coleccionan computadores antiguos y una vez que se pasó el umbral donde se juntan cosas por juntar para empezar a ser más específico, es comprar equipos completos solo porque una tarjeta o pieza es relevante para un interés particular. El problema viene cuando se repite muchas veces esta ecuación, y de repente estaba empezando a usar espacio del living para guardar computadores.
En un momento sabíamos que nos quedaba poco tiempo en el departamento y descuidamos el orden del mismo. El living entonces se convirtió efectivamente en una bodega y eso empezó a traer problemas a nivel personal. Entonces fue cuando me di cuenta que el acumular componentes estaba empezando a convertirse en un verdadero problema. Y tuve que tomar acciones rápido.
Logré venirme a vivir a la casa propia con menos bultos de los que tenía presupuestado, y ya estando en casa pude hacer más compras de equipamiento, donde me di cuenta que cuando tienes espacio suficiente para tener una colección respetable, viene otro problema que es quizás peor.
Cuando se le guarda cariño a las cosas materiales
Se dice que hay una línea muy delgada entre tener una colección de antigüedades y ser un acumulador. Pepe Mujica lo ilustra muy bien en uno de sus discursos. Y es que en realidad, cruzar esa línea es tremendamente sencillo. No sé si lo soñé o aparece en una cita también de Mujica en otro discurso, pero recuerdo mucho que hablaba respecto a ‘no ser esclavo de tus cosas’. Como cualquier cosa en la vida, se necesita tiempo para mantener las cosas en un cierto orden. Y cuando se tienen muchas cosas, hay que dedicarle mucho tiempo a las cosas. Esto se vuelve crítico cuando tomas tiempo de cosas que son realmente importantes como el trabajo o la familia para estas cosas. Yo en un momento estuve así, comprando cosas a diestra y siniestra esperando tal vez un golpe de suerte o qué sé yo. Y es una sensación que no le doy a nadie, imagino que debe ser algo parecido a lo que siente una persona con algún otro tipo de adicción.
¿Y a qué viene eso?
Ayer conseguí una pieza de hardware que, según yo, me hacía falta, para un ensamble que en realidad no uso. Y con eso puedo decir que estoy satisfecho con la colección que he creado, aunque eso tiene un problema: la parte de la colección que me satisface es, probablemente, un 20% de las cosas que tengo guardadas. El resto son sobras que fueron llegando mientras lograba mi colección deseada, otras tantas malas compras que hice en el camino, et cetera. Y ahora tengo que darle prioridad a otras cosas y deshacerme del resto. Más que nada, para poder tener tiempo de disfrutar de las cosas que realmente quería tener. Quién sabe, tal vez ahí afuera hay alguien noble que recién esté empezando y lo que a mí no me satisface a la otra persona lo hará feliz, así como dicen, la basura de uno es el tesoro de otro.
En síntesis, siento que logré una meta.
¿Qué dirías si te hicieran la misma pregunta del foro, pero ahora?
Me metí de casualidad en el hobby de coleccionar computadores viejos, por la misma razón nostálgica que me hizo obtener una muy respetable colección de consolas y videojuegos algunos años atrás.
Después que logré satisfacer los deseos de infancia respecto a las cosas que no tuve, me di cuenta que quería juntar otra cosa, y al darme cuenta que en realidad mi infancia fue más de computadores que de consolas, vi un buen nicho ahí. Muchas veces gasté plata que en realidad no tenía para obtener un equipo que dentro tenía una pequeña joyita, y fui juntando cosas que en realidad nunca quise, lo cual es un tremendo problema logístico.
Y después de mucho tiempo puedo decir que he logrado una selección de equipos con la que me siento en verdad satisfecho. Debo dejar ir lo que sobre, por mucho que me duela, para poder tener tiempo de hacer otras cosas. Me di cuenta que acumular cosas por su tentativo valor de venta es un tremendo error. Quiero intentar vivir sobrio de esas cosas.