Increíble, pero cierto. Aún quedan cosas inconclusas en mi análisis de los pendrives chinos, y aquí tienen otra razón por la cual nunca deberían confiarles sus datos a uno.
< Vea la parte 2 de esta saga.
Todo esto surge a partir de un anuncio que vi en Facebook sobre un tipo que vende (o vendía) una unidad flash de 2 TB, con forma de pendrive, USB 2.0, a un precio bastante conveniente: 50 mil pesos chilenos (algo así como 85 USD aproximadamente al cambio). Y ojo, que se promociona como disco duro.
El modelo que venden resulta ser este:
Comúnmente vendido bajo la «marca» de Sony/VAIO. Entiéndase que los chinos simplemente le graban con láser el logo de la empresa en cuestión.
Llama la atención inmediatamente la capacidad: 2 TB. Otro dato técnico que también salta a la vista es que el dispositivo es sólo USB 2.0. Corríjanme si me equivoco, pero entiendo que ningún pendrive sobre el umbral de los 256 GB funciona en un estándar menor que USB 3.0. Lo «honesto al final» aquí es que el pendrive no tiene marca.
Pero es que es tan barato…
La primera cosa que uno debería notar es el precio. Pensando siempre en este pendrive de 2 TB, de inmediato apreciamos una capacidad impresionante, pero lamentablemente no existe tal capacidad para esta clase de dispositivos. Sí existe uno de 1 TB, y te cuesta un ojo de la cara. A lo mejor no es tanta la sorpresa cuando en una venta de descuento encontramos pendrives con precios recortados un 10%, un 20%, e incluso hasta un 40%, pero cuando ya pasamos el umbral del 50% las cosas ya empiezan a ponerse sospechosas. En este caso en particular, estamos hablando de casi un 900% de diferencia entre uno y otro, y consideremos que estamos comparando uno de 1 TB contra el de 2 TB… la diferencia debería ser aún mayor.
Yo compré uno y me salió bueno
Pese a todo lo malo, falso y lo que pueda decirse en contra de estos dispositivos, la realidad es que pese a todo, siguen siendo pendrives totalmente funcionales, pero sólo hasta el límite de sus capacidades. Me explico: Estos aparatos que en apariencia dicen tener cierta capacidad, en realidad tienen una capacidad mucho menor (véase El Flaite de los Pendrives Flaites, parte 1), como estos de 4GB y 8GB que compré hace tiempo, pero que en realidad eran de 64 MB.
El tema ahí es que cuando conecté estos dispositivos al PC me mostraron en efecto los 64 MB, entonces el engaño surge por parte del flaite al que se los compré, no al fabricante por sí. Pero está este otro caso donde el flaite te vende el pendrive de 2 TB, tú vas a tu computador, metes el pendrive, lo metes al revés porque te equivocaste al ponerlo, lo pones bien y en tu PC aparecen los 2 TB…
…pero nunca fueron 2 TB.
Y entonces, ¿cómo funcionan?
Algunos distribuidores compran en masa dispositivos de baja capacidad, que posiblemente son la merma de la fábrica y entonces reprograman el chip que controla la memoria. Se utiliza un software especial que actualiza las configuraciones para que el pendrive «piense» que tiene más capacidad que la que en realidad tiene.
¿¡Y entonces qué #%&!&% pasa!?
El primer punto interesante está cuando tu PC te muestra las propiedades del dispositivo, hablando de capacidades y espacio libre. El sistema operativo lo único que hace es mostrar lo que el dispositivo reporta, que es precisamente lo que se falsea en esta clase de pendrives.
Otro aspecto interesante es que como comentaba anteriormente, estos pendrives sí funcionan dentro de sus márgenes. Es decir, funcionarán normalmente mientras no te salgas de este margen. Dicho de otra manera, con este pendrive de 2 TB lo más probable es que puedas copiar cosas, leerlas nuevamente y transferirlas, tanto como te mantengas bajo la capacidad real del dispositivo, lo que es suficiente para que cualquier comprador se termine de convencer que ha hecho un gran compra. Ahí es cuando las cosas mágicas ocurren.
El pendrive funcionará bien, incluso podrás formatearlo y correr herramientas de diagnóstico sin mucho problema. Cuando pruebas estos dispositivos, lo primero que le copias por lo general no es suficiente para llenar la capacidad real del mismo, por lo que no tendrás mayores inconvenientes. Además, no mostrarán ninguna clase de inconvenientes (salvo casos contados) cuando los formatees y les apliques pruebas de diagnóstico básicas. La única forma de desenmascarar el fraude es haciendo pruebas con datos reales.
«Ahí está el queso»
En efecto. Y para ser bien claro: Si tienes un pendrive de mucha capacidad que en el PC muestra esa capacidad, pero no puedes comprobar que tu información va y vuelve del pendrive intacta, no has probado nada.
La única forma de probar que el pendrive de cierta capacidad no te está mintiendo, es que copies grandes cantidades de archivos y luego veas cuántos de ellos vuelven sin errores de lectura. Si no tienes grandes capacidades de archivos, puedes usar herramientas que ayudan con eso, como expliqué en los capítulos anteriores de la saga.
Como dato: Ningún pendrive falso que haya visto tiene más de 16 GB de almacenamiento reales.
Esto es lo que pasa realmente, intenaré ser didáctico: Imagina que tienes un balde de agua que tiene 5 litros de capacidad, pero en realidad es de 2 litros. Entonces tú necesitas transportar medio litro de agua. No habrá problema, porque aún no saturas el balde. Pero, ¿qué pasa cuando tienes que transportar 3 litros de agua? Fácil, cuando llegues a los 2 litros el balde se rebasará, y por tanto cualquier cantidad de agua que intentes ponerle saldrá por los lados. Lo mismo pasa con tus datos: Todos los archivos que hayas colocado bajo la capacidad real del pendrive funcionarán, pero cualquier dato que pongas más adelante simplemente será omitido. Entonces tendrás gigas y gigas de datos llenos de … nada. Porque no hay nada.
Pucha, entonces mi pendrive es falso
Lamento eso, pero te unes a un club muy grande de personas que ha tenido en su poder una de estas falsificaciones. Ten en cuenta que no se trata de una falla. Son dispositivos modificados intencionalmente para engañar al mayorista y al comprador final. Si compraste uno recientemente, devuélvelo tan pronto como puedas. Pero recuerda que todo se trata de una estafa.
¡Me devolvieron el dinero! ¡Yupi!
No es algo como para alegrarse. Alguien trató de estafarte, ya sea el fabricante que le vendió al mayorista cientos o el mayorista que te vendió a ti uno. Y te devolvieron el dinero porque lo atrapaste en el acto. De no haber pasado nada, él seguiría feliz con tu dinero.
P.S.: Entonces… si dice Kingston el pendrive debe ser original…
Lamentablemente no. La gente incauta no compraría estos dispositivos si es demasiado notorio que en vez de decir ‘Kingston’ diga ‘Keystone’ o ‘Kongoston’ o ‘Kingstein» o lo que sea. Gran parte del trabajo del negocio de los productos falsificados es, precisamente, imitar productos originales de tal forma que a simple vista no tengan diferencias notorias uno de otro, lo que requeriría que se tenga que mirar por mucho tiempo ambos productos o buscar detalles de fabricación muy sutiles. En todo caso, identificar una copia china no es imposible.
Fuente: All About Fake Flash Drives