Los que me conocen saben que soy uno de esos que llaman ‘consumistas consumados’, aunque dicen que manejo bien mi economía… pero no vengo a hablar de eso. La semana pasada reconfiguré mi ‘centro de entretenimientos’ llamando así al lugar donde tengo el televisor y las consolas de videojuegos. Adquirí algunos equipos nuevos y al momento de hacer la reconexión de todos los aparatos, un problema que ya había notado hace bastante se hacía desagradable: el input lag.
Para ser más directos, estamos hablando de un Smart TV LG de 42″, modelo 2013, número de modelo 42LN5700. Un televisor de tamaño generoso a un precio modesto para aquellos entonces. Y era un Smart, lo que le añadía su correspondiente cuota de «¡WOW!» a la compra. El problema vino cuando le conecté el primer dispositivo de imagen: un PC de escritorio que había comprado para la ocasión. Tenía un puerto HDMI, el cual servía para entregarle audio y video al televisor, pero había notado que había una demora entre que yo hacía clic o hacía una acción, y el televisor reflejara lo que estaba haciendo. Claro, para cualquier persona que compra un televisor es un detalle ínfimo, pero no para quién ama los pixeles.
NOTA: Lo que viene a continuación es sumamente ñoño para el lector. Lo dejaré como cita para prevenir.
El problema era que este retardo no me permitía jugar cómodamente una de mis consolas favoritas (en ese entonces emulada): la Nintendo Entertainment System. Ese lag hacía que el juego se volviera algo torpe e impreciso. Pero, ¿por qué?
Una pantalla de 42 pulgadas de diagonal nos da como resultado usando el famoso teorema de Pitágoras (y otras vainas) que tenemos 93,012 cm de ancho por 52,254 cm de alto. Esto para una resolución de 1920 x 1080 pixeles.
La Nintendo NES tiene una resolución estándar de pantalla de 256 x 240 pixeles, de los cuales en pantalla se muestran 256 x 224 pixeles. Quedándonos con esto último, y dividiendo la cantidad de ancho y alto en centímetros por la cantidad de pixeles a mostrar, tenemos que cada pixel mide en realidad, 3,6 x 2,3 mm. O sea que un Mario del juego Super Mario Bros, nos estaría midiendo más o menos 6 x 7,3 cm en una pantalla de 42 pulgadas.
Quedémonos ahora con esos 6 centímetros, porque es la medida que existe para un sprite de 16 pixeles. Mario corriendo, en 1 segundo aproximadamente avanza 100 pixeles (estoy especulando, si estoy mal por favor rectifíquenme). Y ahora viene el dato interesante: Mi televisor tiene un input lag de aproximadamente 55 milisegundos. Entonces, teniendo que Mario avanza 1 pixel cada 10 milisegundos, y considerando que lo que estoy viendo en pantalla pasó hace 55 milisegundos, si pulso el botón de salto justo cuando yo veo que Mario está en el último pixel de un borde, me voy a caer. Porque para compensar el retardo del televisor, debí haberlo hecho hace 0,05 segundos atrás. O sea, olvidémonos de los saltos de precisión, por ejemplo, para ir al Mundo -1.
El input lag (o mal llamado Gaming Input Lag) es el retardo que se produce entre que el aparato monitor recibe una señal y la muestra en la pantalla, o bien, bajo condiciones ideales, es el retardo de tiempo entre que un usuario presiona un botón, y ve la acción posterior en la pantalla.
Se puede pausar el video en cualquier minuto y ver el input lag, calculando la diferencia entre la cifra que se muestra en la pantalla del laptop y la que se muestra en el televisor.
Se dice que para un usuario común los niveles donde el input lag se vuelve insostenible serían de aproximadamente 0,2 segundos, no obstante para la persona que suela jugar juegos donde se requiera de precisión (como los FPS, Guitar Hero, Rock Band o cualquier juego retro) este valor se reduce hasta los 0,03 segundos. Y este televisor tiene 0,055 segundos de retardo. Casi el doble.
Y se hace peor, incluso, cuando algo más depende de ese retardo del televisor. Mi ejemplo: Quiero conectar mi Wii U a mi sistema de sonido para tener 5.1, pero la única forma que tengo de hacerlo, es llevar el cable HDMI hasta el televisor, y del televisor sacar un cable de fibra óptica hacia el sistema de sonido para tenerlo. Tengo los 0,055 segundos de retardo y un poco más. Y se nota mucho, por ejemplo, en la diferencia de tiempos entre la pantalla del Wii U Gamepad y la TV, donde el retardo es absolutamente notorio entre el sonido que emana del televisor y el que llega desde el control.
Este tema es de importancia para cualquier persona que quiera utilizar el televisor con algún aparato de juegos o en realidad, cualquier cosa que requiera poco retardo. En cualquier caso, siempre hay documentación en Internet y reviews de usuarios que han comprado los equipos y han hecho sus pruebas.